jueves, 5 de julio de 2007

Medias tintas


Foto: Reo del 23


Por: Reo del 23
“Que si hago todo a medias? Si lo sé, no lo admito pero en el fondo lo sé. Que pudiese hacer mejor? Lo sé también. Que pudiese ser mejor? Sí, claro lo sé. Me harte, como ya se volvió una costumbre, como fue este trajinar, de hartarse de tantas cosas que han hartado por tanto tiempo y por tantas otras que uno no se imaginaba que lo iban a hartar.”

Así rezaba la carta encontrada junto a su mano ensangrentada, pintada de rojo y opacando de a poco el resto de la letanía.

Se había matado, no lo soportó más, su última cerveza fue el arma mortal. Con unas tijeras había desmembrado la lata y sin más, de un solo tajo, partió su cuello de extremo a extremo sin inmutarse. Los grados de alcohol que llevaba en el cuerpo y todos los pesos que relataba en su carta no dejaban duda de que su fin estuvo en sus propias manos y en sus propias angustias.

El tiempo secó las tintas, la del dolor, la de la sangre y dejó ver la letanía. Y tenía razón. No se mató de cobarde, como muchos lo han catalogado, simplemente se hartó.

Tantos lo haríamos, tantos lo hemos querido hacer así. Hartarnos y envalentonarnos y poner fin a la letanía.

Y es que su historia es tan recurrente, tan conocida. Que ya no lo amaba, que lo quería, como si fuese suficiente eso. Que si quería así bien, sino que se joda, como si fuese un aliciente eso. Que si nada de nada, porque nada de nada no más, como si su cuerpo lo fuera a resistir. Que no hace nada, que no pasa nada, que no haga drama, como si ayudara ella para eso.

Tan conocida la historia, tan recurrente. Menos mal no me gusta mucho la cerveza en lata.

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