domingo, 11 de febrero de 2007

Junto a la ventana





Por: Reo del 23.

Este es tu lado favorito de la cama.
En el rinconcito, junto a la ventana, con la cortina corrida para no dejar al sol colar.
Te escucho respirar, te hablo quedito.
La luz naranja rebota en las paredes blanco hueso.
Me amas? Preguntas, y yo no paro de hablar.
Por la espalda te abrazo, caliento y te duermes.
El sueño me lleva a oler el verde de la montaña.
Los mirlos se paran en la ventana.
Hoy el ruido citadino nos separa.
Tranquila, el sol se esconde ya.
Mañana, quizá con poncho, será nuestro nuevo despertar.

sábado, 3 de febrero de 2007

Pasaje de olvido


Foto: Reo 23.

Por el Reo 23.


Interior / Tarde / Comisaría:

Comisario: Sargento, tráigame al reo 23, para ver si terminamos con todo esto de una buena vez.
Sargento: Sí mi comisario.
Sargento: A ver, deje de gemir, párese como hombrecito y conteste a todo lo que mi comisario le va a preguntar!
Comisario: Nombres completos?
Reo 23: Me han dicho calvo, pelado, Chuz, Castor, Guz, a todos esos los detesto, llámeme como le de la gana comisario, total ya estoy preso.
Comisario: Nombres conocidos los suyos! A ver… Chuz, se lo acusa por intento de violación de la privacidad y sobre todo por ser un imbécil y no ser un novio perfecto, que tiene que decir en su defensa?
Reo 23: Solo dar mi versión comisario, sólo mi versión.
Comisario: Hable entonces…, rapidito.

Reo 23:
Me levanté de la butaca con ganas de bostezar. Lo siento, no fue mi culta, ni la de la película. Solo dos horas me cobijé en mi cama antes de saltar y reencontrarme con el mundo de verdad.

Por el corredor de alfombra entraban y salían los que llevan las palomitas. Mi mano estaba calientita agarrada de la suya y traté de quitar el sueño de mi cara para poder lucir su compañía con altura.

Me esperas?, voy al baño me dijo. Te tengo tu cartera pregunté cortésmente. Y me la entregó. Todo bien. Frente a la puerta un par de niñas me veían extrañadas. Sentía que una mirada incómoda me saltaba al cuello traspasando sus lentes de carey. Finos, muy finos los de ellas. Quizá se fijaron en los míos, que eran muy baratos. Ya ni sé.

La incomodidad de ese encuentro me recordó que algo me molestaba desde que entramos a la comedia. Hurgaba y hurgaba donde siempre me molesta y necesité con que aplacarlo, pensé también que quizá algo me salía del rostro y provocaba en esas pequeñas tal horror.

Fueron segundos. El instinto me llevó a buscar en lo primero que tenía a mano. Como si fuera mía, por lo conocida, abrí su cartera y busqué, me desesperé, como en todos esos refugios femeninos es toda una aventura poder encontrar algo. Busqué con afán. Pero ella estuvo detrás. Inquisidora y en todo su derecho preguntó: Qué buscas? Le dije papel. Me sintió nervioso dice y no me creyó, yo seguí buscando y no me creyó.

Solo estaba afanado comisario, eso era todo. Luego me increpó. Dijo que no era la primera vez. Que yo quería tener su celular y me sacó en cara que antes ya pasó, y antes fue solo un desliz comisario, se lo juro.

Después vi en su rostro una desazón que me molestó. Me di cuenta que pensaba que le estaba rebuscando en sus cosas, en su vida. Como si yo no supiera que yo soy buena parte de su vida. Pero me molesté comisario, claro que me molesté. Ella pensó no se qué. Y sí comisario, lo admito, me ofusqué pero que hubiese hecho usted si lo acusaban con semejante mirada de ser casi, casi el peor de los delincuentes.

Se lo juro comisario, se lo juro. Así fue.

Comisario: Verá, verá, yo no soy juez, yo solo apunto las versiones de la partes. Ahora solo falta que la afectada venga y testifique, para iniciar los trámites pertinentes. Por como yo veo las cosas usted está jodido porque fue pescado in fraganti, en pleno cometimiento del delito.

Reo 23: Pero si le digo que solo buscaba un papel para mi nariz.

Comisario: Lo que sea, lo que le importará al juez es lo que vio la señorita, y como usted sabe, en este tipo de juicios, la víctima siempre tiene las de ganar, así que acostumbrarase no más a su celda.

Lo único que le puede salvar ahora es que la señorita levante los cargos.

Reo 23: Difícil le veo comisario, dice que le desilusioné y que lo que sentía por mi se esfuma.

Comisario: Ahí si está jodido mi amigo, jodido.

Pero usted también tiene una acusación de ofuscamiento!

Reo 23: No lo justifico comisario, pero todo lo que le expuse anteriormente desencadenó ese ofuscamiento. De eso no se que decirle, ese si creo que fue un delito grave y que la justicia me de lo que me deba dar. Cagué todo con eso comisario, nuestro único día, nuestros besos, las horas en casa, los sueños de pueblo…

Comisario: Oiga amigo, y ahora?

Reo 23: Ahora? Ahora qué comisario. Seguir amándola, como todos los días, seguir pensándola, como cada minuto, seguir pensando en el futuro con ella, como en cada sueño. Aunque sea desde aquí, detrás de los barrotes.