martes, 2 de septiembre de 2008

Por la forma en la que me ves


Foto: Reo del 23


Por Reo del 23

No me importan las exposiciones. No me importa la mirada esquiva de los demás. No me importan los tumultos al rededor. La envidia la dejo para los que vienen detrás. Los celos para los que me tienen celos, los pecados para los que se preocupan solo en no pecar. La cursilería para los ariscos que no tienen nada más.

Hoy, no me importa nada más, porque todo lo que me importa viene “en demás”.

Las cosas sencillas alimentan más. La vida ahora no deja espacio para los malos hábitos de consternar y consternarse con todo lo demás.

Hoy camino en dos ruedas con la luz que me da esa luna que con las mareas se convirtió en cometa. Alertado por los ladridos de un perro oso, y un chico chimuelo que juguetean con mi ojo agudo que ahora ve más que un ultra violeta.

Ahora hay paz. Esa estancia esquiva de la vida que tras espejismos se tardó en llegar. Ahora se posa estable, inmovible, indomable. Llega para quedarse, llega para estar.

Y estoy. Estoy aquí, estoy así ahora, soy así a causa de la paz. Y estoy, y me siento y presiento que todo esto siento. Y siento el chacra en el pupo, y siento desdelpupo, como siento que hace tiempo debí estar.

Y estoy. Estoy así conmigo, estoy así con él, estoy así con vos, con la forma en la que me ves, y siento que así quiero estar.

1 comentario:

Gio Valdivieso Latorre dijo...

Porque el ejercicio de ver no es más que el ejercicio de verse, de mirarse dentro de uno mismo... De descubrir y descubrirse entero, completo, feliz, mágico, perfecto, así como alguna lucecita un día nos creó o nos depositó... Para gozarnos y gozarnos... Para nada más... La forma en la que te ven, no es más que el reflejo del amor, alegría, honestidad que hay en tu propio ojo...